Se escucha un ritmo de batería, puedes pensar que estás viendo Birdman, pero no, no es el mismo toque de percusión. La velocidad aumenta, poco a poco, cuando llega al clímax aparece el primer plano de la película, Miles Teller, solo, al final de un pasillo con su inseparable batería, un plano que se acerca mientras el actor improvisa. Confirmado, no es la película de Michael Keaton, es infinitamente mejor, es música en estado puro, es sudor, sangre, esfuerzo, tempo; es Whiplash. Y es en ese preciso instante cuando aparece J.K. Simmons (¿cómo puede ser el adorable padre de Juno, el jefe de Spiderman y, a la vez, este profesor de hierro?), uno de mis actores favoritos y a partir de ahora el fucking Master of the Universe, como diría El gran Wyoming. Su personaje es increíblemente aterrador, arrollador, manipulador e irresistible. Un amigo me dijo que, aunque sabes que es un ser despreciable, estás deseando que aparezca en cada segundo del metraje. La interpretación de Simmons es hipnótica, en más de una ocasión pensé que me iba a abofetear mientras estaba tranquilamente sentado en mi pequeña butaca de cine. A él no le importan los sentimientos de los demás, solo le importa la música, la afinación, su tempo y su ego. Justifica su método agresivo de enseñanza porque, según él, es el único medio para extraer lo mejor del músico. Utilizará todo lo que esté a su alcance para motivar, aunque roce la agresión o la humillación. Miles Teller, alumno de Simmons, le pregunta en un momento de la película si hay un límite. Simmons contesta tajante: «No, que va».
Durante el film, vemos una transformación del alumno, se arrastra en busca de esa quimera de la perfección. Lo que aprendemos es que la soberbia puede ser, en ocasiones, buena compañera, pero lo normal es que sea tu peor enemigo. Nunca puedes bajar la guardia, sobre todo en la música, siempre tienes que aprender y aprender, porque puedes fallar por exceso de confianza. Quizás por eso, nos muestren en la película esa relación entre los músicos. Son indiferentes a lo que le pase a un compañero. Solo se preocupan por lo suyo, un ejemplo claro es cuando Teller conoce al batería titular de Simmons, no se puede ser más arrogante y despreciable. Por mi corta experiencia, no creo que todos los músicos sean así, en la película son más parecidos a perro rabioso Tannen.
A parte de la música, que es gran protagonista, hay que destacar la fotografía y el montaje. Los primeros minutos son increíbles, el director, el jovencísimo Damien Chazelle, te enseña Nueva York a golpe de batería, en ocasiones recuerda un poco a Manhattan, de Woody Allen. La escena final está montada maravillosamente bien, no puedes apartar los ojos de la pantalla, es verdad que no solo por su edición, cuando la veáis, si todavía no lo habéis hecho, lo entenderéis.
Os recomiendo ver Whiplash en versión original, las actuaciones son de lo mejor, el joven Miles Teller sorprende, aunque ya realizó trabajos muy buenos en Divergente y Aquí y ahora. Yo fui a ver Whiplash el Sábado a la sala de cristal del Ayuntamiento de Madrid y disfruté mucho. Este año han optado por darte unos cascos y, en una película en la que la música tiene tanta importancia, es un acierto. Os recomiendo ir al cine de verano de Cibeles, hay una buena cartelera para el mes de Julio. Solo hacer una reivindicación: ¡Whiplash debería haber ganado el Oscar a mejor película! He dicho. El reparto lo completan Paul Reiser, siempre lo recordaré por su papel en la serie Mis dos padres, qué mala era, y Melissa Benoist.
No quiero terminar sin comentar la última escena. OJO SPOILER. Quedáis avisados, si no habéis visto la película, no leáis este párrafo. SPOILER. Cuando el personaje de Simmons se la juega al alumno y lo deja en ridículo, me encanta que vuelva al escenario a echar el resto. Es la culminación para el odioso profesor, ver que no tiene el control y cómo su alumno va más allá. Esa última sonrisa de Simmons, sus ojos mirando a los de Teller, ¿Creéis que todo era para sacar lo máximo de él y encontrar al nuevo Charlie Parker? Ese final ambiguo es de los que me gustan, estuve dando vueltas en la cama pensando en la obra maestra que acababa de ver.
Nota: $$$$$
Valoraciones: Mala $ / Regular $$ / Buena $$$ / Muy buena $$$$ / Excelente $$$$$)
No estás en mi Tempo. Whiplash. by Daniel Rodríguez Lorenzo is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional License.
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