Es muy común entre nosotros, humildes mortales, empezar el año con nuevos propósitos que incumpliremos en algún momento de estos nuevos 365 días. Este blog se compromete a ser más comedido -o políticamente correcto- en sus críticas a películas que no le hayan gustado. El arte, aunque mal hecho, es arte al fin y al cabo, y hay que tratarlo como se merece.
Hoy comienzo con Joy, la nueva película del director David O. Russell y la actriz de moda, con permiso de Alicia Vikander, Jennifer Lawrence. Puedo hablar de su último trabajo con conocimiento de causa, ya he visto esta historia que cuenta las dichas y desdichas de una mujer divorciada, con dos hijas y sin un penique, por conseguir el sueño americano. Ese dichoso sueño americano que dicen que existe, pero que, viendo la película, se te quitan las ganas de encontrarlo. Creo que ya voy a incumplir mi propósito de año nuevo, lo siento. Todavía sigo sin entender el éxito descomunal que supuso El lado bueno de las cosas, una película que me pareció correcta pero muy lejos de ser esa clase de historia que recibe varias nominaciones a los Oscar. Por suerte, solo ganó el Oscar a la mejor actriz, le dan el de mejor director y me enfado y no respiro. David O. Russell es un buen director, sin más -que conste en acta que Tres reyes y The Fighter me gustaron-, no obstante, creo que tanto El lado bueno de las cosas, como La gran estafa americana distan mucho de ser sus mejores trabajos -en la segunda me dormí como un campeón-. La película que nos ocupa, Joy, que repite reparto estelar -Jennifer, Bradley Cooper y Robert De Niro, debe gustarle mucho trabajar con estos actores-, es un batiburrillo de estilos cinematográficos; a veces recuerda a Requiem por un sueño, salvando las distancias, y otras a cualquier película de Wes Anderson pero con menos capacidad imaginativa. Mientras veía la película, pensaba que el personaje de Lawrence iba a tener una crisis a lo Michael Douglas en Un día de furia e iba a pedir la hamburguesa de la foto. A la pobre le pasa de todo, a veces, son situaciones que parecen irreales. Quizás por eso no empatizas demasiado con la protagonista, aunque lo mejor sea la interpretación de Lawrence. Siento no ser más positivo, pero llevo todo el día pensando en la película y, cuanto más pienso, menos me gusta. La elección es vuestra, solo es una opinión, hay otras en la red que son más entusiastas que la mía. Completan el reparto diosas de siglos pasados como Isabella Rossellini (la actriz que Ross Geller quitó de su lista plastificada), Diane Ladd (la madre de Laura Dern) y Virginia Madsen (actriz que sufrió a Candyman, Candyman, Candyman… ya me callo por si aparece).
Continúo con Maggie, película de la que ya os he hablado en otra ocasión (podéis leer su análisis aquí). Dirige el debutante Henry Hobson y protagonizan, Arnold Schwarzenegger, Abigail Breslin y Joely Richardson. El argumento sorprende, al igual que la interpretación de Arnold; una joven mordida por un zombie vuelve a casa con su padre para vivir sus últimos días como ser humano sin sed de sangre -aunque por esos lares no hace falta ser un zombie para eso-. No esperéis una película al estilo de The Walking dead, es más parecida a Bajo la misma estrella, pero con un virus diferente. Es una película lenta, imperfecta, llena de matices y con interpretaciones sobresalientes; Arnold me ha convencido con su interpretación de padre protector (tampoco creáis que le van a dar el Oscar, el listón lo tenía muy bajo). Una agradable apuesta para la cartelera de este fin de semana, por diferente y por su fotografía, cálida en momentos felices y fría en escenas tristes. Es lo bueno del cine, de vez en cuando aparece una historia imperfecta que te llega, te atrapa y es muy fácil disfrutar si te dejas llevar.
Acabo con una película británica protagonizada por uno de los actores más de moda, esta vez con permiso de Michael Fassbender, Tom Hardy. Antes del estreno de El renacido, donde planta cara interpretativa a un genial Leonardo DiCaprio, nos llega Legend. En ella tiene un doble papel, hace de unos gemelos mafiosos que sembraron el terror en el Londres de los años 60. Basada en la historia real de estos hermanos, nos muestra su ascenso criminal en una de las ciudades más poderosas del mundo. El director, Brian Helgeland, realizador y guionista que ha hecho maravillas como Payback o la divertidísima Destino de caballero, ha querido acercarse a la vida de estos dos hermanos a pesar de contar con alguna versión cinematográfica anterior y multitud de libros que desgranan cada detalle de esa época. Lástima que su trabajo no haya tenido buenas críticas, los elogios solo han ido en una dirección, hacia la interpretación, por partida doble, de Hardy. Aún así, creo que merece la pena echarle un vistazo. Cuando pueda, lo haré. El reparto no tiene desperdicio: Christopher Eccleston, Colin Morgan, Emily Browning y Tara Fitzgerald (la mujer que subió una colina y bajó una montaña para acabar como mujer de Stannis Baratheon).
Y por hoy esto es todo. Hay pocos estrenos en este inicio de año, los que no he comentado no me parecen de gran relevancia, quizás mencionar Eisenstein en Guanajuato, película que nos cuenta la visita del director ruso a Méjico y el rodaje de su película ¡Que viva Méjico! Nos vemos la semana que viene con más cine y otros nuevos propósitos -me pasa lo mismo que a Groucho Marx con sus principios, si no os gustan, tengo otros-.
Nuevos estrenos y nuevos propósitos. Espías juntos pero no revueltos. by Daniel Rodríguez Lorenzo is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional License. Creado a partir de la obra en www.fromlosttothecine.com.