La canción de Michael Jackson, Black or white, pretendía concienciar al mundo de lo absurdo que es diferenciar a la gente por su color de piel. Esto, que para el que escribe es obvio, no lo es tanto en el mundo actual. Todos habréis leído sobre el boicot de algunos actores y realizadores de raza negra a los Premios Oscars. Will Smith, su mujer y Spike Lee, entre otros, han declinado la invitación a la gala más importante del cine estadounidense. El motivo de dicho boicot es la ausencia de personas de color entre los nominados de este año a la preciada estatuilla. A esto se une la primera noticia de hoy, que agrava algo la polémica racial, la elección de un actor blanco para encarnar al Rey del Pop. Pasen y lean.
- Sí, cómo lo habéis leído. Sky Arts está preparando una película en la que aparece Jackson y ha tenido la brillante idea de elegir a Joseph Fiennes para interpretar el papel. Y se armó la marimorena en la tierra donde los sueños se hacen realidad. La familia ya ha dicho que la idea le parece horrenda, una falta de respeto a al figura icónica del cantante. Fiennes intenta quitar hierro al asunto diciendo que en la época en la que se basa el proyecto probablemente tenía un color más parecido al mío que a su color original. Posiblemente tenga razón, pero la
noticia llega en un momento en el que la comunidad afroamericana está muy sensible. Creo que la productora se ha complicado en exceso, podía haber sido políticamente correcta y contratar a un actor negro y aclararle el rostro. Es verdad que hay que ser prácticos, sin duda Fiennes tiene razón, pero comprendo la postura afroamericana, aunque a veces la excesiva sensibilidad saque las cosas de quicio. Problemas raciales a parte, la historia que va a contar la película me parece muy interesante; Michael Jackson dio dos conciertos, entre el 7 y 10 de Septiembre de 2001, en el Madison Square Garden de Nueva York e invitó a Elisabeth Taylor y Marlon Brando (este blog tuvo a su corresponsal, Donald O´Connor, entre bambalinas en dicho evento y confirmó la asistencia de los actores e, incluso, se codeó con personajes tan famosos como Lenny Kravitz y Willem Dafoe, el segundo le hubiese dado algún que otro codazo en el costado a Donald porque no le dejaba ver el show, pero eso es otra historia). Todos sabemos el trágico incidente que ocurrió el día después, 11 de Septiembre, en las Torres Gemelas, y, a causa de ello, el trastorno que causó a la ciudad. Tanto Michael como sus dos invitados querían dejar la ciudad y regresar a Los Ángeles, donde vivían, pero el tráfico aéreo se cerró. Decidieron alquilar un coche y hacer un viaje por la América
profunda. Este viaje es lo que cuenta la película que va a protagonizar Fiennes. Parece que no se sabe con seguridad si ese viaje sucedió en realidad, la historia la publicó Vanity Fair, pero el asistente de Taylor lo desmintió. La película será una comedia para televisión británica llamada Elizabeth, Marlon y Michael, y los compañeros de Fiennes en tan curioso viaje serán Brian Cox, como Brando, y Stockard Channing (Rizzo de Grease), como Taylor. Tengo ganas de verla, pero me da un poco de miedo lo que pueda salir de todo esto, seguro que no soy el único que expresa temor. A lo largo del año nos enteraremos de más detalles de esta road movie al estilo de Easy Rider, pero en coche y con mucho groove (¿os imagináis a estos tres iconos del siglo XX cantando en el coche Black or White con el volumen a tope?).
- He leído, en una revista de tirada nacional, que se paraliza la secuela de Terminator: Génesis, ese reboot de la saga que no ha recibido muy buenas críticas, incluída la de este blog, si pincháis en el nombre de la película podréis
comprobarlo. En un principio, Paramount tenía intención de estrenar la supuesta secuela en Mayo de 2017, pero parece que han cogido el guión y lo han guardado en un cajón de un despacho en el que nadie entra, a riesgo de ser eliminado de forma definitiva. Las ganancias de la primera película en EEUU no consiguieron recuperar el dinero invertido y fue la taquilla internacional la que salvó la producción. Creo que ahora no quieren arriesgarse a realizar una secuela que pueda ser ignorada por el público después de las malas críticas recibidas. Pero, para los fans que desean una segunda parte, tengo palabras tranquilizadoras, todo apunta a que la productora quiere tomárselo con calma y abaratar costes para que la apuesta no sea tan arriesgada. No tengo la menor duda de que en algún momento volverá el Terminator más dicharachero del futuro, solo habrá que esperar un poco más.
- Terminamos con la puesta en marcha de la preproducción del piloto de una nueva serie para la CBS. Se trata de la adaptación para la televisión de la película de Antoine Fuqua, Training Day, que protagonizaron Denzel Washington y Ethan Hawk. La historia nos
llevaría a 15 años después de los sucesos de dicha película, donde un policía afroamericano es asignado a un escuadrón de élite de la policía de Los Ángeles. El director elegido para arrancar la serie es el mismo Antoine Fuqua, también será el productor ejecutivo, parece que va a tener control total sobre el piloto, el guión está firmado por Will Beall (guionista de Ganster Squad y de algunos capítulos de la serie Castle). El tiempo nos dirá si la apuesta es lo suficientemente atractiva para que se dé vía libre a una temporada completa. De momento no se sabe nada del reparto, si os digo la verdad, en cuanto he visto que el protagonista es un policía afroamericano me he acordado de la primera noticia, y, sobre todo, he pensado en un actor, Michael B. Jordan, protagonista de Creed. Me temo que, después de su gran trabajo en la mencionada película, no va a tener tiempo de hacer un piloto para la CBS. Dicen que la esperanza es lo último que se pierde, pero creo que la esperanza no es suficiente para mover los hilos de Hollywood.
Y hasta aquí las noticias de hoy. Dicen que la información es poder, por eso aconsejan no compartirla. Pero me gusta compartir, y no porque me sienta generoso, sino porque hago caso a Alonzo, maravillosamente interpretado por Denzel Washington en Training Day, cuando dijo: la cuestión no es lo que sabes, sino lo que puedes demostrar. Hasta otro día.
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