Todavía me hallo en shock, van a hacer la segunda parte de Space Jam. Pero el protagonista no será Michael Jordan, ya está demasiado entrado en años y con algún kilito de más -aunque estaría genial que hiciese un cameo como entrenador o manager-, lo será Lebron James, lo más parecido a Jordan en los tiempos que corren, con permiso de Curry. Lo que está claro es que, como Jordan, ninguno. La primera parte no es que fuese un alarde cinematográfico, tenía su gracia, pero nada más. De momento solo sabemos quién es el protagonista y su director, Justin Lin, que ha realizado varias películas de la saga A todo gas. A saber lo que puede salir de todo esto, miedo me da -lo sé, últimamente me dan mucho miedo demasiados proyectos cinematográficos, el problema es que no son de terror-. Pero hoy es viernes, y los estrenos nos esperan.
La película que más me llama la atención -seguramente porque ya la he visto- es La venganza de Jane. Película protagonizada por Natalie Portman, que lo mismo te hace de bailarina loca que de chica indefensa y enamorada de un dios nórdico, Thor para los amigos. Nos cuenta las vicisitudes de una mujer por defender a su marido de la antigua banda a la que pertenecía este. Para ello pide la ayuda a un antiguo «amigo», interpretado por el siempre genial Joel Edgerton. La cosa pinta bien, me divertí viéndola, está bien realizada, los actores son de nivel -ojo al malo malísimo interpretado por Ewan McGregor-, pero creo que se equivoca a la hora de contar demasiado de la historia con flashbacks, para terminar de forma rápida y abrupta la historia. En este tipo de películas hay veces que el desenlace se alarga hasta el infinito y más allá, se agradece que el director, Gavin O’Connor, haya querido acortar dicho desenlace, pero creo que se ha pasado y parece un aquí te pillo y aquí te mato, nunca mejor dicho. Aún así, merece la pena ver un western, últimamente los hay y muy buenos, como The Homesman o Slow West. Parece que las películas de vaqueros han vuelto, y son de buena calidad, con historias más elaboradas, al estilo de los western de Sam Peckinpah. Si elegís esta para pasar un buen rato en el cine, espero que no os defraude, me sentiría culpable.
Continúo con un film policiaco, Triple 9. Su título alude al código de ayuda inmediata para la policía, y es el truco que utilizan unos narcotraficantes, junto con unos policías corruptos, para desviar la atención de los policías, que no lo son, en una operación de tráfico de drogas. El reparto es de lo más variopinto, Chiwetel Ejiofor (12 años de esclavitud), Casey Affleck (mira que es bueno y guapo y majo y ya paro), Woody Harrelson (que siempre sabe elegir buenos papeles, salvo alguna cosa), Kate Winslet (que no ha recibido buenas críticas por su actuación, cosa rara, pero como no la he visto, me callo), Norman Reedus (nuestro adorado Daryl Dixon de The Walking dead), Teresa Palmer (actriz mejor de lo que parece), y Aaron Paul (famoso por la serie Breaking bad, que un servidor no ha visto y se flagela cada día por ello), entre otros. He leído opiniones diversas, desde que es un gran thriller policiaco, hasta que es una película tonta y desastrosa. La crítica casi nunca se pone de acuerdo en nada, así que tendremos que verla para poder sacar nuestras propias conclusiones. El reparto anima a ello, así que es una buena opción para el fin de semana. Depende de vosotros.
Y termino, porque es probable que hoy vaya a hacer horas extras al trabajo para poder pagar el mustang que tengo en el garaje, con dos películas que tienen algo en común, la lucha de una mujer por conseguir una meta. En El olivo, la nueva película de Icíar Bollaín, nos cuenta la historia de una joven de 20 años que quiere volver a traer a casa de su abuelo, mudo desde hace tiempo, un olivo milenario que se llevaron, con la esperanza de que vuelva a hablar. Dicho olivo está en un sitio lejano llamado Alemania, donde solo beben cerveza y van con trajes regionales -si ellos dicen que nosotros somos unos vagos que estamos todo el día echándonos la siesta, pues yo puedo decir eso-. Como veis, parece una fábula algo quijotesca, pero tiene su encanto, además, Icíar Bollaín es una de las mejores cuenta-historias de este país, así que no es mala opción para este viernes. Y la otra película es Freeheld, la lucha de una policía
neoyorkina, diagnosticada con cáncer terminal, para que su pareja pueda tener la pensión cuando ella fallezca. ¿Cuál es el problema? Que su pareja es mujer y en esos tiempos no se podían casar, solo ser pareja de hecho. Esta lucha es una historia real, muy interesante y que ahora vemos con total normalidad, pero que hace unos años era algo que ni se planteaban (hace poco que se pueden casar parejas del mismo sexo en la tierra de la libertad). La historia y las actrices, Julianne Moore y Ellen Page, son un buen reclamo, pero parece que el trabajo de su director, Peter Sollett, no es satisfactorio. Completan el reparto el maravilloso Michael Shannon y el genial Steve Carell. Una pena, porque el tema que trata es lo bastante importante como para haber hecho una buena película. Quizás esta sea la película que menos me apetezca de los estrenos, aunque la veré en algún momento, por supuesto.
Y nada más, aquí me despido. Estoy preparando, para la semana que viene, una entrada sobre las actrices con mayor proyección en Hollywood, como os prometí. Espero que os guste. Saludos cordiales.
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