Después de unas obligadas y merecidas vacaciones, vuelvo a entrar en vuestros ordenadores, tablets o móviles, para contaros algunas curiosidades del mundo del cine. Me pondré serio para hablaros de la gala de los Globos de Oro de la semana pasada, donde La La Land fue la gran triunfadora, de ahí el título de esta entrada con guiños a la gran Chenoa, y también para hablaros de Trump, a riesgo de ser un blog sobrevalorado. Comenzamos.
GLOBOS DE ORO
Este año el presentador de la gala fue Jimmy Fallon, un showman que en los últimos años ha ganado muchos enteros, su punto de inflexión fue al hacerse cargo del programa de Jay Leno cuando este se jubiló cansado de hacer durante siglos lo mismo. La gala comenzó bien, un vídeo musical, con guiños a todas las películas y series nominadas, con especial atención a la que sería la gran triunfadora de la noche, la ya mencionada La La Land -increíble el número de Fallon con Justin timberlake imitando a Emma Stone y Ryan Gosling-, daba paso al teatro donde se celebró el evento. En el vídeo no faltaron los protagonistas de Stranger Things, se han ganado al público con su simpatía ochentera. Pero todo no podía ser perfecto y nada más comenzar el monólogo inicial, a Fallon le falló el teleprompter y cometió un error de principiante, se quedó en blanco y confesó el fallo técnico. Es cierto que el aparato en cuestión viene muy bien para no perderse, pero que un presentador de su talla no se sepa el guión es un fallo garrafal, eso sí, tuvo gracia cuando a mitad de la gala dijo que le habían saboteado al igual que a Mariah Carey en su desastrosa actuación en Times Square el día de noche vieja.
En general fue una gala curiosa, pero el mejor momento nos lo dieron Steve Carell y Kristen Wiig cuando salieron para dar el premio al mejor film de animación. Recordaron su primera vez viendo ese tipo de películas, unos recuerdos nada animados ya que fueron en momentos duros para ellos. En vez de contároslo prefiero que lo veáis vosotros mismos.
Mi primera vez coincide con la de Wiig, la muerte de la madre de Bambi me marcó, por suerte no hubo más drama que ese, mis padres siguen felizmente casados y mi realidad era más parecida a una película de dibujos con final feliz. Bromas a parte, fue uno de los momentos de la noche, el otro, más serio y reivindicativo, fue cuando le otorgaron el Premio Cecil B. Demille a the one and only Meryl Streep. Al recogerlo dio un discurso cuyo protagonista ya sabréis de sobra, el magnate más dicharachero de la tierra de la libertad -calificativo que puede cambiar en un futuro-. La actriz reivindicó que Hollywood está formada por personas de diferentes lugares del planeta y que sin todos ellos solo les quedaría a los estadounidenses el fútbol y las artes marciales -esta mujer sí que tiene carácter-. Su discurso debió levantar el peluquín al flamante nuevo presidente de los Estados Unidos, porque twitteó que Streep era una actriz sobrevalorada. Ya es triste que un gobernante conteste como un adolescente por una red social, pero más triste es aún que no tenga el más mínimo criterio cinematográfico, demuestra que no tiene ni idea de lo que es el cine y de lo que representa esta bestia interpretativa -se me ocurren múltiples películas para apoyar mis palabras, pero solo con que Trump viera La decisión de Sofie, se daría cuenta del poco acierto de sus palabras-.
También hubo momentos graciosos, como el beso de consolación de Andrew Garfield a Ryan Reynolds por su casi premio a mejor actor, o la casi equivocación de un servidor al pensar que Leonardo Dicaprio recogía el premio al Mejor actor drama con el look que llevaba en El Renacido, cuando realmente era Casey Affelck -hace tiempo que dejó de ser «el hermano de…»- por su fabulosa interpretación en Manchester by the sea, o la surrealista presentación de las azafatas de la gala que resultaron ser las hijas de Silvester Stallone -prefiero no comentar nada más sobre este asunto-, o la cobra que le hizo Damien Chazelle a Emma Stone antes de subir a recoger un premio -sí, yo también pensé que el mundo está loco, pero en honor a la verdad, el director lo hizo sin
querer-. En definitiva, fue una gala que tuvo de todo, pero bastante comedido y con un claro vencedor, Damien Chazelle -director de la aclamada Whiplash– y su La La Land, con nada menos que 7 premios (mejor película comedia o musical, mejor director, mejor guión, mejor actor y actriz comedia o musical, mejor banda sonora y mejor canción…casi nada). Destacaron series como El infiltrado (3 premios) y Atlanta (2 premios), escrita y protagonizada por Donald Glover -sin parentesco con Danny Glover-. Me sorprendió el premio al mejor actor de reparto, se lo llevó a casa el joven actor Aaron Taylor Johnson, por Animales nocturnos. Y no me sorprende porque no me guste su trabajo -todo lo contrario, desde que lo vi en Nowhere Boy estoy muy pendiente de su carrera-, sino porque los favoritos eran Jeff Bridges y Dev Patel. No os quiero aburrir con la lista de premiados, os he contado los más representativos, si queréis ver todos los premiados, pinchad aquí.
CURIOSIDADES
- La semana pasada aparecía una noticia en Mundoplus bastante sorprendente. En Movistar Plus había aparecido un capítulo de la serie Shameless con los subtítulos descargados de internet. ¿Y cómo se sabe que eran de internet? Pues muy sencillo, aparecía en los propios subtítulos la web: http://www.addic7ed.com. Al enterarme, fui directo al famoso capítulo para comprobar si era así, pero ya no aparecía la página citada, los subtítulos habían sido arreglados. Hay imágenes que prueban esa mala praxis de Movistar, pero este blog no ha podido probar que sea verdad. Puede ocurrir como ese famoso rumor que implicaba a Ricky Martin con un tarro de mermelada y un perro, que solo sea una leyenda urbana. Por si acaso, aquí tenéis una de las imágenes que se pueden ver por internet, no de Ricky, si no de la serie con los subtítulos descargados.
- Y termino con otra curiosidad, esta más real que la anterior, pero algo más antigua. En el rodaje de Drácula, dirigida por Francis Ford Coppola en 1992, había una escena donde Gary Oldman, que interpretaba al famoso vampiro creado por Bram Stoker, perdía a su amada. En los extras del DVD se puede ver cómo preparó
la escena; para poder tener ese punto de emotividad, miraba las fotos de sus hijos cuando eran pequeños, así conseguía emocionarse. Una buena forma para que broten las lágrimas, ¿no creéis? Otros actores se echan Vic Vaporub debajo del lagrimal, o dejan de parpadear durante largo rato -esta técnica creo que es la que utiliza Mario Casas, y creo que de momento no le ha funcionado muy bien-. En definitiva, el arte de llorar ante las cámaras es muy complicado, cada uno tiene sus trucos, al que esto escribe le gusta mucho el método de Gary Oldman puesto que es una emoción real y eso lo nota el espectador. También me gusta su truco para dar énfasis a las frases, se lo explicaba a Joey Tribbiani en Friends, hay que escupir para dar énfasis. No os perdáis el vídeo:
Hasta aquí la entrada de hoy, mañana tendréis una nueva crítica de nuestra colaboradora granadina favorita. Un servidor coge el petate y se va feliz cantando como Masiel: laaaa la la land, la la land la la land…
Entrada patrocinada por Compañíaespreso, un café de cine para la oficina.
Siento un «la la la la la land» en mi corazón by Daniel Rodríguez Lorenzo is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional License. Creado a partir de la obra en www.fromlosttothecine.com.